Los jamones de bellota ibéricos de Julián del Águila se crían en dehesas en libertad y consecuencia de ello su alimentación esta basada en bellotas y hierbas. El producto final es un producto exquisito donde se estraen todos los sabores del auténtico jamón de bellota 100% ibérico. El éxito del jamón ibérico de bellota reside en esta alimentación y cría, que Julián del Águila cuida con esmero.
Los procesos más artesanales forman parte del actual Julián del Águila. Productores de ibéricos desde 1895 donde la empresa familiar tiene a sus espaldas más de 100 años y más de 5 generaciones de maestros chacineros. La producción artesanal, la experiencia junto con la cría en la condiciones mencionadas anteriormente lanzan al mercado productos ibéricos de alta calidad con aromas y sabores equilibrados y naturales.
Por otra parte hay que hablar de raza de los cerdos ibéricos, que es la materia prima del producto final y de la zona de criado en fincas Salmantinas garantizando el bienestar animal.
Entre los jamones de Julián del Águila destacamos el jamón ibérico de bellota, de cebo o de cebo de campo y las paletas ibéricas.
Las dehesas salmantinas permite tener un clima adecuado para el secado, maduración y envecimiento de los productos de Julián del Águila. Más de un siglo elaborando productos ibéricos y transferidos los conocimientos de generación en generación hace que los productos sean de muy alta calidad sin olvidar los precios competitivos.
Todos los cerdos al acercarse el fin de su vida, pasan sus últimos meses por un proceso de engorde que se conoce como 'montanera'. Durante todo ese tiempo los cerdos campan con total libertad por la dehesa comiendo y comiendo bellotas y pastos. Segun el Real Decreto 4/2014 la etapa de montanera será entre 1 de octubre al 15 de diciembre.
No todos los jamones podrán ser de bellota, porque este Real Decreto indica que para que un jamón sea ibérico de bellota, deberá estar al menos 60 días consumiendo bellotas y pastos en las dehesas.
También cabe mencionar que durante todo el proceso de montanera, los cerdos recorren muchos kilómetros en busca del alimento y entre las fibras de sus carnes se genere una gran infiltración de grasa en sus carnes que le aportará al producto final ese sabor que solo aportan los jamones ibéricos de bellota.
Durante esta época en la que la importancia de la alimentación del cerdo es clave para conseguir que el cerdo engorde y así conseguir el peso mínimo para poder denominarse como ibéricos de bellota.
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